23 de enero…

«Por la mujer que me enseño de niño
lo que vale el cariño
exquisito, profundo y verdadero;
por la mujer que me arrulló en sus brazos
y que me dio en pedazos,
uno por uno, el corazón entero.»

Hace algunas décadas en un 23 de Enero nacieron miles de personas en el mundo, cientos en nuestro país y algunas decenas en nuestro Estado, entre ellas una mujer encantadora, luz de inspiración, hombro de lagrimas, y de alegría y optimismo sin igual… Madura desde la infancia, joven hasta la muerte e inteligente y astuta de nacimiento, poesía y elocuencia con gran sabiduría en papel plasmaba y sus cantos y dulce voz al aire dejaba…

Esta gran mujer es mi mamá y con orgullo lo digo es Georgina y es mi mamá, no tengo palabras exactas para expresar todo el amor que siento por ella, todo lo que me ha enseñado a lo largo de estos años, las alegrías y tristezas que hemos pasado cuantas veces a mi lado a estado para que yo llore con ella, las decenas de veces que no se cansaba (bueno si se cansaba pero no me lo decía) de leerme «El hombrecillo de galleta», las golosinas con las que me sorprendía y todo el amor que me ha dado a los largo de estos años.

Les dejo un pequeño poema de Alfredo Espino dedicado a la mujer más importante de mi vida… mi mamá

Manos las de mi madre, tan acariciadoras,
tan de seda, tan de ella, blancas y bienhechoras.
¡Sólo ellas son las santas, sólo ellas son las que aman,
las que todo prodigan y nada me reclaman!
¡Las que por aliviarme de dudas y querellas,
me sacan las espinas y se las clavan en ellas!

Para el ardor ingrato de recónditas penas,
no hay como la frescura de esas dos azucenas.
¡Ellas cuando la vida deja mis flores mustias
son dos milagros blancos apaciguando angustias!
Y cuando del destino me acosan las maldades,
son dos alas de paz sobre mis tempestades.

Ellas son las celestes; las milagrosas, ellas,
porque hacen que en mi sombra me florezcan estrellas.
Para el dolor, caricias; para el pesar, unción;
¡Son las únicas manos que tienen corazón!
(Rosal de rosas blancas de tersuras eternas:
aprended de blancuras en las manos maternas).

Yo que llevo en el alma las dudas escondidas,
cuando tengo las alas de la ilusión caídas,
¡Las manos maternales aquí en mi pecho son
como dos alas quietas sobre mi corazón!
¡Las manos de mi madre saben borrar tristezas!
¡Las manos de mi madre perfuman con terneza!

Feliz cumpleaños mamá!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Y espero al llegar la noche ya hayas recibido mi regalo que te envíe para tomarte una foto y poder publicarla acá.

 

TE AMO